TRIBUNA ALTA: «FANTASMAS Y BROTES VERDES», POR PABLO DOMÍNGUEZ.
El partido del pasado domingo puede catalogarse como encuentro de transición. El Granada está tratando de reencontrarse con un nuevo guión, el de Abel Resino, que ha de aprender a interpretar. En tan solo treinta minutos el conjunto nazarí desplegó más y mejor fútbol que en toda la primera vuelta. Piti, además, firmó una obra maestra con el que puede ser el mejor gol rojiblanco en el presente campeonato. Pocas semejanzas se vieron respecto al planteamiento cicatero de Joaquín Caparrós, aunque estas costaron dos tantos por parte del Deportivo de la Coruña.
El conjunto de Los Cármenes ya da síntomas de mejoría que atisban que se abandonará la UCI más pronto que tarde. El punto sumado en Riazor mata dos pájaros de un tiro: se suma con mejores vibraciones y se gana el golaverage a un rival directo. Eso sí, es más que necesario conjuntar a la zaga. No siempre dos errores consecutivos podrán subsanarse para acabar sumando. Lo que parece haber quedado claro es que la actitud es distinta con casi los mismos jugadores. Es lo esencial, pues en última instancia son ellos y solo ellos quienes ganan, empatan o pierden partidos.
Restan dieciocho encuentros, dieciocho finales que se han de jugar con el ímpetu de los ascensos. En esto de la permanencia ese espíritu va a ser clave tanto como para el vestuario como para la afición. Todo comienza este sábado a las 20:00h. Sería recomendable que el club realizase promoción de entradas. Con la llegada del Elche al feudo nazarí la afición estará metida en el partido por el aliciente que el rival de por sí ya tiene. Si se acompaña de una buena gestión que permita llenar el estadio, el ambiente volverá a ser de los que gana partidos que a la postre otorga permanencias. El punto de inflexión pasa por vencer a los ilicitanos. De lograrlo el Granada volverá a despegar.
No ganar no sería una sentencia hacia segunda, no al menos de manera inmediata, pero ante un rival directo supondría la confirmación de que el plantel no tuviera nivel para estar en la mejor liga del mundo. Los de Abel Resino han de caminar por el filo de la navaja para recuperar el mango de la misma. No vendría mal que el bloque tomase nota del Córdoba y del Eibar, dos conjuntos erigidos como equipos con mordiente en todas sus facetas. A eso justamente es a lo que ha de aspirar el Granada. Es el pasaporte a la quinta temporada en Primera División.
La dirección deportiva, por su parte, debería incorporar a un central en el caso de que Murillo sea traspasado y a un delantero que aporte algo más al ataque. El-Arabi se muestra voluntarioso pero su pólvora no solamente está mojada, sino que tiene errores capitales para el resto del equipo. Suya fue la pérdida que inició uno de los dos tantos del Deportivo en Riazor. Este tipo de detalles indican a los despachos donde se ha de reforzar la plantilla. Hay tiempo aún, hasta el próximo sábado.
