OTRO FIASCO ROJIBLANCO FUERA DE CASA, 1-0.

LOS DE KARANKA, DEL QUE SE PIDE SU CABEZA, NAUFRAGARON ANTE UN EQUIPO QUE JUGÓ CON 10 DESDE EL M.39 DE LA PRIMERA MITAD POR EXPULSIÓN DE ACEVES. SIN POLVORA, SIN OCASIONES Y SIN JUEGO EL GRANADA SE QUEDA LEJOS DEL ASCENSO DIRECTO TRAS EL GOLAZO DE SERGI ENRICH.

El Real Oviedo se impuso al Granada en un partido marcado por la expulsión por roja directa de Alonso Aceves en la primera parte, algo que no supo aprovechar el conjunto nazarí y sí el equipo de Cervera, que esperó su ocasión replegado atrás y se llevó los tres puntos con un gol de tacón de Sergi Enrich.

El arranque del duelo presentó a Oviedo cómodo atrás y a un Granada que, aún con el control del partido, no llegó a crear más peligro que el logrado por Melendo y Molina en una acción que Luismi desvió a saque de esquina.

Obeng y Hugo Rama, por contra, acechaban cada vez más cerca el área de Raúl, y en un saque de esquina fruto de esos acercamientos, tuvo la más clara un David Costas que cabeceó el balón al travesaño de la portería visitante.

El partido cambió a cinco minutos del final de la primera parte cuando Caparrós Hernández mostró la roja directa a Alonso Aceves por un agarrón sobre Callejón, algo que generó estupor y enfado a partes iguales en la grada de un Carlos Tartiere que despidió al trío arbitral con una sonora pitada.

La falta generada por Callejón, tras un pase de Molina al espacio, la ejecutó el propio ariete y a punto estuvo de servir para adelantar al Granada en el marcador, pero el poste repelió el disparo y el balón se fue fuera.

Tras el descanso, Cervera sacrificó a Obeng para jugar con uno menos y dispuso a Bretones en el lateral izquierdo y a Luismi como tercer central, dando entrada a Jimmy para formar doble pivote con Montoro (5-3-1)

El juego pasó entonces a dibujarse únicamente en torno al área de Braat, que debutaba en portería y vio cómo todo el Oviedo se plantó delante de él para evitar que el Granada pudiese materializar sus acercamientos.

Puertas se estrelló con Costas y Perea, en un disparo duro y seco desde la frontal, con el propio Braat, mientras que el Oviedo se encomendó a la contra y a poder parar el juego en saques de banda o faltas para dosificar el esfuerzo.

Llegó entonces la jugada más bonita del partido: un mal despeje de la zaga nazarí que coge Lucas en la derecha para hacer pared con Enrich y asistir al ariete azul, cuyo tacón de espaldas acaba transformado en un gol de una preciosa factura ante el que nada puede hacer Raúl.

El orden del Oviedo obligó al Granada a abusar del tiro exterior, pero el conjunto nazarí tuvo una más, muy clara, en un centro de Ricard Sánchez que falla Uzuni en boca de gol.