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TRIBUNA ALTA: «DINÁMICAS», PABLO DOMÍNGUEZ

Tribuna Alta: Sección de análisis y opinión del Granada C.F. en Granada Deporte por Pablo Domínguez, (@PabloDgzRg).
Tribuna Alta: Sección de análisis y opinión del Granada C.F. en Granada Deporte por Pablo Domínguez, (@PabloDgzRg).

La categoría en la que se encuentra el Granada desde 2011 está entre las cuatro más potentes del mundo. Italia, Inglaterra, Alemania y España conforman la élite mundial. Su culminación: las competiciones europeas. Evidentemente el conjunto nazarí jamás llegará al nivel de los colosos que compiten al máximo nivel. Sin embargo sí es cierto que tanto a este nivel como al que corresponde a la pugna por la permanencia se pueden apreciar las dinámicas de competición.

Son los pequeños detalles los más llamativos: el Córdoba, colista, ha anotado más tantos que el Granada, se necesitan casi dos partidos para anotar un gol y solamente se ha remontado un resultado adverso (1ª jornada). Además, Rochina contestó a la afición vía Twitter y, también en esta red social, Fran Rico tiene a multitud de aficionados bloqueados en su cuenta, lo que es impropio de un jugador de Primera División. Todo esto a estas alturas de competición es algo más que sintomático. Más si cabe cuando se considera que quince puntos podrían ser suficientes para la permanencia. Es absolutamente irreal «vender» esto.

El Granada tiene en estos momentos 23 puntos, a dos de la zona de salvación. Ha sido capaz de ganar solamente cuatro partidos en veintiocho jornadas. Se antoja, cuanto menos complicado, que se puedan lograr cinco victorias en las diez que restan: nueve, descontando la derrota prácticamente segura del próximo cinco de abril en el Santiago Bernabéu ante un Real Madrid herido. La sangrante carencia de gol, además, no invita al optimismo. Abel ha logrado que se compita con posibilidades, sin embargo no consigue ganar. No hay margen para más.

De entre los comentarios de la grada se podría extraer uno que reflejaba fielmente la impotencia: «Queremos hacer el segundo antes que el primero.» Daba la sensación de que el equipo sufría de ansiedad. Ésta, con el paso de los minutos, se transmitía a una grada que había estado arengándose a sí misma para llevarse los tres puntos. Y eso que no era precisamente el principal protagonista del encuentro. Una vez más no falló. Aunque finalmente tuvo que marcharse frustrada. Los Cármenes está siendo tan benevolente como voluntarioso. Falta la réplica por parte de los suyos.

Observando con cierta distancia la trayectoria del equipo se percibe el aroma a descenso. Cuando parece que se dan todas las condiciones para lograr puntos importantes, todo termina torciéndose. De vez en cuando, un leve hilo de esperanza… que nuevamente termina en frustración. Así durante todo el ejercicio: desencanto tras desencanto. Solo el orgullo y el pundonor del vestuario hace que se mantenga un hilo de esperanza. Lo que ocurre es que el anhelo con el paso de las jornadas se va tornando más en quimera que en realidad.

Lo deseable: que finalmente se obre el milagro y la consecución de la permanencia sea un hecho. La esperanza es lo último que se pierde. Al ritmo que suma la permanencia, la salvación estaría en 34 puntos. Tampoco sería demasiado descabellado pensar que podría estar en algún punto menos. La competición se encamina a descender a los tres peores equipos en un ejercicio en la historia de la competición y, a su vez, a salvar a otros cuatro o cinco en una situación tan mala como la de los afectados. Al menos esta es la dinámica de la categoría. Quizá todo podría pasar por lograr tres victorias y dos empates.

Eso sí, si finalmente quien se marcha a segunda es el Granada tampoco extrañará a nadie. Será la incógnita, entonces, los años que pasarán hasta que el club vuelva a la élite. Aunque mejor no pensar en eso, al menos por el momento. Solamente cabe pedir al equipo compromiso, trabajo, sacrificio y humildad. Sin estos cuatro valores en su conjunto será absolutamente imposible la permanencia. La pelota está en el seno del vestuario, siempre lo ha estado.

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