TRIBUNA ALTA: «ZARPAZO DE LEÓN», POR PABLO DOMÍNGUEZ.
Gloriosa victoria del Granada en La Catedral. Dos veces había ganado el conjunto nazarí en el antiguo San Mamés, ayer selló su tercera victoria en el nuevo y flamante estadio de los leones. Los de Caparrós se pusieron el mono de trabajo con toda su intensidad para plantear un encuentro en el que por encima de todas las cosas, destacó el bloque. El conjunto rojiblanco horizontal cuajó el partido perfecto de cualquier entidad humilde en uno de los grandes escenarios de la competición.
El Athletic Club de Bilbao se vió desdibujado, sin saber cómo desarbolar el entramado defensivo granadino. Fue la tónica general del choque. Los bilbaínos lo intentaron de todas las formas posibles, pero la zaga supo responder en todo momento para neutralizar las acometidas. Los nuestros, cual león agazapado, esperaron el momento ideal para asestar su letal zarpazo: el tanto de Jhon Córdoba.
Este Granada está siendo el equipo revelación del campeonato, al menos en lo que a las primeras cuatro jornadas disputadas respecta. El vestuario parece tener una confianza y fe ciega en sus posibilidades tal que de no ser por la fortuna del Elche o el Villarreal en los últimos instantes, los del técnico utrerano pudieron haberse acostado anoche líderes de la mejor liga del mundo. Todo esto se debe al excepcional trabajo de Joaquín Caparrós.
Dice un refrán que «ningún camino fácil lleva hacia algo que merezca la pena». Y es que no es fácil contratar a un técnico como este y que, a su vez, sea capaz de hilar un once tan trabajador y tan en sintonía con la filosofía de la entidad: «Luchar para ganar». La ciudad de la Alhambra vive su anhelado sueño, que no es otro que el orgullo que le despierta un equipo guerrero y luchador que pasea el nombre de su ciudad por toda la geografía de la piel de toro y, gracias a la magia de la televisión, por el resto del planeta. Nos codeamos con los mejores del mundo.
Hablemos del equipo como nuestro, con permiso de la entidad, porque toda la ciudad de Granada así lo siente. Ayer los leones fueron nazaríes, bregando con casta y coraje. Comenzando por la tremenda intervención de Roberto al testarazo de Aduriz, continuando con el arduo trabajo del bloque erigiéndose cual frontón y terminando por la excepcional pillería de Córdoba para dar el gol de la victoria.
Es tal vez el debut del colombiano con la elástica del Granada, el más fulgurante que se recuerda en la era moderna del Granada en Primera División. Su físico imponente, su capacidad para aguantar el balón, su inteligencia al encimar al rival y su olfato de gol lo convierten en un jugador que pide paso a Caparrós. Junto a El-Arabi, puede conformar una dupla de categoría que aporte alrededor de 20 dianas al equipo, tal vez algo más siendo genererosos.
Felizmente algunos de los detractores, los pocos que quedan de la gestión, parecen comenzar a darse cuenta del inmenso regalo que nos hicieron Pozzo y Pina trayendo sus infraestructuras al Granada. No solamente nos devolvieron a la élite, sino que ahora todo apunta a que esta plantilla va a dar importantes quebraderos de cabeza al resto de rivales de la categoría, sean quienes sean. El secreto para disfrutarlo está en valorar y disfrutar lo que tenemos con la humildad propia del que se supo en Tercera División y prácticamente desaparecido. Probablemente estemos ante el mejor Granada de la historia.