Polideportivo

CASTILLA Y LEÓN 42 – 41 CATALUÑA. FINAL MASCULINA.

ANDALUCÍA QUE SUPERO A GALICIA, 27-20, TERMINÓ EN LA TERCERA POSICIÓN DEL CAMPEONATO.

La selección de Castilla y León juvenil masculina ha logrado esta mañana en Armilla (Granada) el título de campeona de España por selecciones territoriales, tras superar en la final a Cataluña por 42 a 41 (empate a 31 después el tiempo reglamentado), tras una prórroga de diez minutos y seis lanzamientos desde los siete metros.

El partido ha sido vibrante. Espectacular. Propio de una gran final. Cualquier de los finalista podría haber levantado el trofeo, pero el acierto del portero Javier Sánchez ha permitido al combinado leones colgarse la medalla que les acredita como campeones de España.

Sin un dominador claro, la prórroga fue entrando en los pronósticos a medida que el envite avanzaba. Las ventajas para unos y otros oscilaban entre los unos y dos goles, si bien en el tramo final del tiempo reglamentado la ventaja, mínima, fue de Cataluña. Fue precisamente la selección dirigida por Franc quien pudo poner a diez segundos para el final el 32 a 31, pero la acción quedó invalidada por pisar el área y Castilla-León, a pesar de programar una jugada en el posterior tiempo muerto, no fue capaz ni de lanzar.

Y arrancó la prórroga y los leoneses pusieron la directa. Cataluña cometió dos faltas en ataque consecutivas que fueron aprovechadas por el rival para poner el que parecía definitivo 35 a 33. Nada más lejos de la realidad. En un último esfuerzo, aprovechando la superioridad numérica, el cuadro catalán logró igualar de nuevo el encuentro (36-36). Pau Gallardo puso el 36 a 37 y Diego Piñeiro desde los siete metros, con el tiempo reglamentado finiquitado, el 37 a 37 con el que finalizaba el tiempo de juego. Y llegaron los lanzamientos de siete metros, donde cada selección, primero Cataluña y después Castilla y León erró uno de ellos. Y comenzó la muerte súbita. La adrenalina en su máxima ebullición. El momento no propicio para cardíacos. Y marcó Castilla y León. Y su portero puso la guinda. Y les dio el campeonato. Un trofeo que podía hacer levantado cualquiera.

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